Los desastres pueden presentar una cascada de impactos para todas las personas afectadas: individuos, familias y comunidades. Estos desastres con frecuencia fomentan sentimientos de temor, confusión, duelo, impotencia, ansiedad, ira, culpa e incluso menos confianza en uno mismo o en otros. Una variedad de intervenciones útiles
pueden asistir a los individuos y a las comunidades a recuperarse.